viernes, 6 de febrero de 2015

CRITICANDO "LA ISLA MÍNIMA"


El 2014 ha sido un año récord en recaudación para el cine Español. 
Cine de calidad, variado y muy bien vendido, han recaudado su fruto como el mejor año monetario del cine patrio.

Una de las que han ayudado a este éxito ha sido la película de la cual hoy hablo.
Una de las mejores pelis del año pasado y que es genial en todos los sentidos.

La Isla Mínima es un thriller de los intensos. 
Nos encontramos en los años 80, en la Andalucía profunda. Un país
en cambio y dos detectives tratando de dar luz a varias desapariciones.

Detectives y españoles.

Muchos la han apodado la "true detective española" y no es muy descabellado.
Tiene ese aire árido, esos personajes oscuros, ese caso que se convierte en algo personal.
Y es que el guión es redondo. Contiene una tensión que suelta con cuentagotas y que nos mantiene en vilo durante todo el metraje.

Unos personajes que esconden un pasado, que esconden secretos, que están increíblemente escritos e interpretados.
Raúl Arévalo sigue demostrando su valer. Cosa que hace, cosa que funciona. Pero el que se lleva la función es Javier Gutiérrez. Más conocido por sus papeles cómicos de televisión, llega aquí y demuestra que el tío es un grande y que el drama y un personaje de peso y oscuro, no puede con él y su físico.

Inmenso 

La película también brilla en su apartado visual. Una dirección  que deslumbra, con unos planos cenitales enormes. Además su foto, su ambientación y la localización, nos engullen en una España quizás no utilizada lo suficiente en el cine. Parece que estamos en Texas, y le da un aire a Western que fusiona con la historia y le da ese toque que engrandece.

Un climax enorme, secundarios de lujo (genial Jesús Castro y Antonio de la Torre), drama entretejido, y escenas del mejor cine hollywoodiense. Estamos ante el caso perfecto de película con fórmula comercial, pero con alma y personalidad para arrollar un tren.

Todo funciona como un reloj, dejándonos un gran sabor de boca. Un thriller de los de verdad, sin alicientes, con una moraleja sobre los héroes y con un poso y un pulso pocas veces visto en el cine español.
Un peliculón.

NOTA: 8/10

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