Ganas tenía de ver esta película.
Un thriller con tintes de siempre, buenas críticas y un repartazo. Además de ser la última del gran Gandolfini.
Cuando me senté a verla esperaba un thriller policíaco oscuro, cargado de suspense y giros.
Y lo encontré. Pero es que es más que eso.
Estamos ante un drama de los buenos. Casi pesa más en la historia que el suspense. Un ejercicio de personajes brutal. Y es que nos presentan al trío protagonista y con sutileza y mimo nos van mostrando sus rincones, sus miedos.
Y es que funciona de maravilla gracias a un ritmo pausado, que no lento o aburrido.
He oído que puede parecer cansina, pero yo creo que es porque la gente esperaba más acción y no es para nada así.
Como he dicho el trío prota está genial. Tom Hardy es increíble. De esas actuaciones que te dejan boquiabierto, mostrándonos un registro que no habíamos visto antes en él y creando un personaje entero, con aristas. Es magistral de verdad.
Pero Rooney Mara y James Gandolfini no se quedan atrás. La primera muestra una sensibilidad abismal y el segundo demuestra que su presencia y su honestidad inundan la pantalla. Una pena que se haya marchado tan pronto.
Por lo demás dejaros atrapar por un guión sencillo y efectivo. No es nada pretencioso, pero está lleno de suspense y detalles.
La verdad es que cuando acabó, me quedé con un gran sabor de boca. Hacía tiempo que no me sorprendía tanto una película.
Estoy seguro que la disfrutarás.
NOTA: 7,5/10
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